Esta mañana, un grupo de técnicos del Banco Interamericano de Desarrollo y de la Secretaría de Asuntos Municipales del Ministerio del Interior de la Nación, expusieron durante más de 3 horas los resultados de los estudios realizados en Coronel Rosales y Bahía Blanca en el transcurso del último año y medio, en el marco de la iniciativa “Ciudades emergentes y sostenibles”, diseñada conjuntamente por ambos organismos.

A la presentación, que tuvo lugar en la Sala de Conferencias del municipio, asistió un nutrido grupo de funcionarios del Gobierno municipal, organismos y medios de comunicación.

Fue realizado un trabajo de campo sectorizado, con los trabajadores del Ministerio y una consultora española contratada por el BID para que haga los tres estudios de la iniciativa, cuyos resultados fueron presentados hoy. Los tres ejes principales fueron: Inventario de gases efecto invernadero; Vulnerabilidad y riesgo frente a desastres naturales; y Crecimiento de la huella urbana.

En el primero de los tópicos, sobre la situación ambiental, el estudio hizo foco sobre las emisiones contaminantes que afectan el agujero de ozono, determinando que en toda la zona denominada “Gran Bahía Blanca”, “la mitad de las emisiones provienen de la zona industrial, y otra gran parte, en segundo escalón, del transporte”.

En el caso de vulnerabilidad ante desastres naturales, se detectaron como principales amenazas para Punta Alta los incendios y fuertes vientos, y en menor medida inundaciones.

Sobre “Crecimiento de la huella urbana”, tal como se había anticipado en una presentación preliminar en el mes de julio, el informe señala que existen “grandes vacíos urbanos” determinados por un importante crecimiento en la cantidad de viviendas, incluso mucho mayor al del número de habitantes.

Sin embargo, respecto a este punto, los especialistas señalaron que “la existencia de vacíos urbanos, debe tomarse como una oportunidad, detectarlos, ocuparlos y evitar que la huella urbana siga expandiéndose, de manera tal que no sea cada vez más difícil la prestación de servicios y la conexión del transporte hacia esos sectores”.

En total, durante poco más de un año de trabajo, fueron analizados 120 indicadores, con el objetivo de detectar las necesidades que requieren un pronto accionar en el distrito. Entre otros, los que arrojaron resultados más preocupantes fueron los que analizan cuestiones urbanas (gran acumulación de vehículos por cantidad de habitantes, con 1 cada 2 personas cuando la media nacional es de uno cada 3.5), áreas verdes (señalan que hay un déficit importante en Punta Alta) y ambiental (principalmente a costa del basural a cielo abierto).

Una vez detectados los mayores déficit y problemas estructurales, los especialistas elaborarán junto a los funcionarios municipales un Plan de Acción, el cuál podrá requerir financiamiento del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

No obstante, los técnicos que visitaron esta mañana la ciudad, señalaron como base para las futuras acciones “la necesidad de ordenar y formalizar el crecimiento de la ciudad; y en forma urgente coordinar entre los municipios de Coronel Rosales y Bahía Blanca las acciones a seguir entre ambos, principalmente en temas como residuos y actividades industriales”.

Además, sobre todos los indicadores relevados por los especialistas, se realizará un trabajo de comparación de datos entre los datos obtenidos y la percepción de la población sobre la ciudad, en base a una encuesta de opinión pública elaborada el mes pasado en base a 1.200 casos testigos.

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