Relato Candilejas del libro “VIENTO Y PALABRAS” de Sandro Álvarez.
CANDILEJAS
Me llamo Eusebio Salinas, nací en Granada en el año 1942. Según cuentan mis mayores, la hora de mi nacimiento fue de tarde, en una habitación cuyos ventanales amplios daban a un reluciente jardín florido, en el que reinaba la presencia de cándidos jazmines. Macetones desbordantes de plantas radiantes anunciaban mi llegada al mundo. Mis primeros años de ternura en los que supe tener mil sueños. Con el tiempo fui creciendo. Lentamente, sin darme cuenta, la vida me fue moldeando en sucesivas vivencias y en secuencias que se exaltan en caricias y adoración. Una sola vez vi los ojos del puro amor y en breves instantes desapareció. Mi oficio de actor, mi tarea de simular me llevó a ese feliz momento.
Cuando estaba a punto de salir al proscenio de esa obra de teatro en la que trabajé arduamente, con mi personaje a cuestas, un escalofrío se apoderó de mí inusitadamente. Era el certero aviso de un presagio. Entré a escena como siempre, fingiendo sentimientos… representado motivos. Fue cuando mi vista chocó con destellos, y entre candilejas vi los ojos que buscaban vida… porque se estaban muriendo. Sí, entre focos lumínicos vi esos negros ojos que hoy evoco, los que embelesaron los sentimientos más íntimos de mi ser. Poco a poco se fueron diluyendo como un humo mortecino. Inexplicablemente. A pesar de mis desvelos… nunca más los volví a ver.
¿Dónde están esos luceros? ¿Quién me arrebató ese instante? Las preguntas las medito, las pienso, se agigantan en mi mente y no hallo respuestas. Pasa el tiempo y mi vida es una fuga. Intento volver a ese nítido instante, y al fin… todo es en vano.
SANDRO ÁLVAREZ