Se han preparado promociones para llevar, pero las ventas son bajísimas. Pese a las propuestas creativas, los comerciantes ven peligrar sus locales. “Trabajamos con el objetivo de no fundirnos”, dicen resignados.
Este lunes, como sucedía habitualmente cada 20 de julio, es el Día del Amigo en la Argentina, pero no es un día igual a tantos otros. En medio de la cuarentena en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) y en algunas provincias la celebración ha sido diferente. Con muchos bares cerrados, el sector pierde uno de los días de facturación más importantes del año.
De acuerdo a los datos de la Federación Empresaria Hotelera Gastronómica de la República Argentina (FEHGRA) esta fecha está en el tercer lugar del ránking de consumo en establecimientos gastronómicos, detrás del Día de la Madre, en octubre, y el del Padre, en junio.
En lo que respecta a las cervecerías y los bares, ocupa el segundo lugar. El primero se lo lleva San Patricio, que este año se dio el martes 17 de marzo, tres días antes de que se decretara la cuarentena obligatoria. De todos modos, la mayoría de los locales no abrió porque ya regían medidas restrictivas.
“El consumo del Día del Amigo siempre se comparaba con el de un sábado muy bueno. En nuestro caso, hablamos de entre 500 y 600 personas por noche”, dijo Juan Manuel Kahn, uno de los dueños de La Fernetería, de Palermo.
Para tratar de reactivar el comercio, muchos locales pensaron promociones para esta fecha, desde cajas con productos para regalar hasta platos especiales para la ocasión. Muchos de ellos, acompañados de tragos o champagne para brindar a distancia.
Para este lunes, el local de Kahn armó distintas opciones de cajas de comidas, picadas o botellas de tragos. Pero las ventas no fueron buenas. “Habremos vendido 10”, comentó.
Penélope Mariani, encargada de Pablos Restó & Pastelería, de Villa Devoto, relató que en un Día del Amigo normal podían llegar a atender hasta 160 cubiertos. Para este lunes, lanzaron cajas con diferentes propuestas de pastelería y picadas, pero también vendieron alrededor de 10.
Manuel Miragaya, dueño de la cervecería Growlers, que tiene cuatro locales, dijo por su lado: “Para nosotros el Día del Amigo es comparable con un viernes, que es nuestro mejor día, con una venta de entre 500 y 600 tickets”.
Para este lunes 20, como es el día en el que los locales permanecen cerrados, propusieronuna promoción solo con delivery de seis latas de cerveza, bastoncitos de muzzarella y dips. Vienen en dos cajas, que se reparten en dos direcciones diferentes, para mandar a dos amigos o “compartir” con otra persona. “Anduvo muy bien en relación a estos días, pero las ventas no llegan ni al 10% de un día fuera de la cuarentena”, dice Miragaya.
Más allá de que muchos de los comercios gastronómicos siguen trabajando con modalidades como take away, delivery o, en las provincias que se encuentran en fase 5, con sus puertas abiertas, aunque con rigurosos protocolos y ocupación limitada, la mayoría no alcanza a facturar lo suficiente ni para cubrir sus gastos.
Mariani sostiene que, desde que volvieron a abrir, el local factura menos del 25% de lo que podía llegar a hacer mensualmente en 2019.
En el caso de Miragaya, en promedio no llegan al 10% de lo que facturaban en el mismo mes del año anterior. Aunque esto varía por local, y algunos alcanzan solo el 7%.
Por su lado, Kahn indica que, con estas nuevas modalidades, están facturando el 5% de lo que vendían en febrero.
La baja en la cantidad de clientes, el bajo consumo y los gastos de los materiales para implementar protocolos pusieron a los gastronómicos entre la espada y la pared. “Sin consumidores no es posible sostener a las empresas y sus puestos de trabajo”, advierten desde la FEHGRA e informan: “El 74% de los establecimientos gastronómicos prevén el cierre en caso de continuar la situación actual”.