El artista argentino y radicado en Francia desde 1963, Antonio Seguí, famoso por sus pinturas de pequeños hombrecitos con sombreros, dueño de un imaginario múltiple que supo combinar el humor, el grotesco y la simplicidad, murió a los 88 años en el Hospital Alemán tras sufrir complicaciones en una operación de cadera, según confirmaron allegados a la familia.
Seguí vivía y desarrollaba su carrera desde hace más de cinco en París, pero desde hacía unos meses estaba de visita en la Argentina y previamente había pasado por Córdoba, su ciudad natal.
La obra del artista se expuso alrededor del mundo en ciudades como París, Lyon, Nueva York, Bruselas, Ginebra, Belgrado, Beirut, Santiago de Chile, Dubai y Mykonos.
En 1984, Seguí representó a la Argentina en la Bienal de Venecia, y cinco años después obtuvo el Premio Di Tella a las Artes Visuales. En 1990 fue el primer artista vivo en exponer en el Museo Nacional de Bellas Artes. (Diario26.-)