Punta Alta – Bs. As. – Argentina
Por Lionel Cia.- Columnista de Espectáculos.-
Según el relato de la abuela, la pequeña miró a Gilda y lloró todo el show, pero después la cantante las recibió a ambas y les dio un abrazo que habría sido sanador hasta para la madre de la nena.
También se conoció el caso de una seguidora que le pidió ayuda en la fe porque su diabetes la tenía a maltraer, o el relato de un hombre que estaba en silla de ruedas y volvió a caminar poco después de ir a un show de Gilda.
Tras la muerte de Gilda un matrimonio de Buenos Aires llamado le atribuyó a Gilda la recuperación de su hijo de corta edad, que había nacido con un tumor y necesitó una delicada operación para salir adelante. Antes de la intervención el padre del chico le rezó con fervor a la cantante después de enterarse por televisión que tenía el poder de obrar milagros.
Como acción de gracias, Carlos Maza y su mujer, Rita Monzón, instalaron un monolito en el kilómetro 129 de la ruta 12 camino a Concordia, Entre Ríos, donde ocurrió el accidente en el que murieron Gilda, su madre y su hija.
El monolito se convirtió en el Santuario de Los Milagros el 6 de marzo de 1997, que hoy en día ocupa dos hectáreas en ese sitio a la altura de Ceibas, Entre Ríos, y con el paso de los años miles de fieles lo visitaron para pedir la intercesión de Gilda como santa popular, sin título oficial pero con toda la legitimidad que da la devoción popular.
“Yo nunca dije que Gilda era milagrosa”, dijo alguna vez Carlos Maza, quien junto a su esposa sigue al frente del Santuario de los Milagros.
“Es una mediadora, está en un lugar que quizás ella no eligió, pero alguien la precisaba. En varias oportunidades, a partir de que sus seguidores le adjudicaran milagros en vida, Gilda expresó: ‘Si el poder de mi música te puede ayudar, bienvenida sea mi música’“, recordó el hombre en una entrevista reproducida por Perfil en 2020.
“Yo soy el engranaje de esta historia, pero sin ustedes esto no sería lo mismo”, agregó.