
Por Javier Tucci.-
El bajista de la banda española Vargas Blues Band, que el pasado 1 de junio teloneó a The Rolling Stones en el estadio Wanda Metropolitano de Madrid, volvió a su ciudad natal donde en el día de ayer fue reconocido por el Concejo Deliberante Rosaleño. Fue luego que el concejal del Frente de Todos, Luis Coca, presentara un proyecto para declararlo “Personalidad Reconocida”, que finalmente fue votado por unanimidad de los diferentes bloques políticos.
“Está muy bueno sentirse reconocido en casa, y eso de que uno no es profeta en su tierra, a veces se rompe; es reconfortante volver después de tanto tiempo y sentir que todavía sigue siendo tu casa”, expresó Luis ‘Indio’ Mayol.
En tanto, el próximo domingo a las 21hs. en Roca y Urquiza, Mayol se despedirá con una zapada entre amigxs organizada por La Magia Negra Blues, quienes vienen generando varias movidas en el pueblo en materia blues-rock. “Esta vez quisimos ponernos al hombro la tarea de darle la bienvenida a uno de los hijos pródigos del rock local, con el objetivo de crear un choque musical de alta calidad y voltaje entre lxs pioneros del rock de los ‘70 y las nuevas generaciones”, sostuvo Juan “Búho” Ledesma, cantante y armoniquista de la banda anfitriona.
La Magia Negra Blues es un seleccionado blusero de amigos de Punta y Bahía conformado por Juan Ledesma (voz y armónica), Juan Cruz Trussi (guitarra), Gastón Camargo (batería), Gustavo Lizasoain (guitarra) y Víctor Ávalos (bajo), quienes en septiembre se dieron el lujazo de zapar junto al armoniquista Luis Robinson y de organizar homenajes en vida a Carlos “Vinchuca” Gónzalez (octubre de 2021) y Eduardo “Manzana” Anabitarte (enero 2022), quienes estarán presentes en la noche blusera junto al Indio.
Hace varios años que Luis no regresaba al barrio, a ese mismo retoño donde en 1979 hizo las valijas para cruzar el océano en dirección a España, donde reside hasta el día de hoy. Quizá sea una muy buena oportunidad para aquellxs que lo conocen y deseen caerle para darle un abrazo, o simplemente trasladarse a poner la oreja y el sentimiento en una noche que será inolvidable.