La ceremonia comienza formalmente a partir de las 11 de este miércoles. La vicepresidenta Cristina Kirchner es la encargada de los rigores formales del acto.
El arco político todo, del oficialismo y los diversos sectores de la oposición; ponen su mirada y toda la atención en el recinto de la Cámara de Diputados este miércoles. Se abre una nueva etapa en el Congreso Nacional, en medio de un clima de tensión en aumento signado por el año electoral y por la crisis interna que aqueja al Gobierno.
Con este marco, el presidente Alberto Fernández inaugura en asamblea legislativa el 141° período de sesiones ordinarias, que es el último de los iniciados en su mandato desde diciembre de 2019.
Por esto mismo es que su discurso tendrá todas las características de un auténtico repaso y una “puesta en valor” o defensa de su gestión.
En la que es su cuarta apertura de una Asamblea Legislativa anual, el jefe de Estado deja inaugurado el nuevo año parlamentario en una ceremonia que comenzará a las 11 en el recinto de la Cámara de Diputados.
La vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner es la encargada de los rigores formales del acto y de recibir al mandatario en la explanada del Palacio Legislativo de la avenida Entre Ríos, para luego escoltarlo al salón Azul del Senado para la firma del libro de actas.
A diferencia de los tres años anteriores, Fernández de Kirchner estará acompañada por la nueva presidenta de la Cámara baja, Cecilia Moreau, quien reemplazó el año pasado al actual ministro de Economía, Sergio Massa, en la conducción de ese cuerpo.
Massa tiene en esta oportunidad un asiento junto al resto del gabinete, en las butacas laterales asignadas a los invitados especiales, los gobernadores y miembros del Poder Judicial y de la diplomacia.
La vicepresidenta asistirá previamente a la conformación de las comisiones de Exterior e Interior que integran diputados y senadores de distintos espacios políticos para recibir al jefe del Estado.
El canciller Santiago Cafiero había adelantado que el discurso del Presidente será “esperanzador, con la realidad argentina, pero siempre mirando al futuro, y con el objetivo de vencer el desánimo“, en tanto descartó que el jefe de Estado utilice ese ámbito para “una cuestión electoral o partidaria”.