
El gasoducto que conecta Neuquén y Buenos Aires
El origen de este proyecto se remonta al 30 de julio de 2019, cuando el gobierno de Mauricio Macri convocó una licitación pública para comenzar la obra, aunque nunca se abrieron las ofertas. No fue sino hasta el 29 de diciembre de 2020, cuando el entonces secretario de Energía, Darío Martínez, derogó dicha licitación, lo que permitió reactivar el proyecto.
La construcción del gasoducto se reanudó casi dos años después, el 10 de agosto de 2022, tras una disputa entre la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner y el ministro de Producción Matías Kulfas, que concluyó con la renuncia de este último. En esa fecha, el gobierno nacional firmó los contratos para la ejecución de la primera etapa de la obra, que se completó durante el invierno siguiente.
El gasoducto juega un papel crucial en el desarrollo energético de Argentina, ya que vincula la región de Vaca Muerta, una de las mayores reservas de gas no convencional del mundo, con el corazón productivo del país.
Aunque actualmente tiene una capacidad significativa de transporte, su potencial es mucho mayor, lo que podría representar un gran impulso para la economía nacional si se llevan a cabo las obras necesarias para ampliar su capacidad.