En una declaración contundente, la precandidata a presidenta por el PRO, Patricia Bullrich, ha reafirmado su postura de intolerancia frente a cualquier vínculo entre la política y el narcotráfico. “No podemos aceptar conductas de personas que hayan recibido plata del narco”, sentenció Bullrich durante un acto en la provincia de Santa Fe, un territorio particularmente afectado por el crimen organizado.
La declaración se produce en un contexto de creciente preocupación por la penetración del narcotráfico en las estructuras políticas y sociales del país. Bullrich, conocida por su enfoque de “mano dura” en materia de seguridad, hizo hincapié en la necesidad de mantener una línea clara y firme para evitar que el dinero proveniente del narcotráfico contamine la política.
“La lucha contra el narcotráfico es una prioridad absoluta. No vamos a permitir que los narcos se infiltren en el Estado ni en ninguna institución”, afirmó la precandidata. Bullrich también se refirió a la importancia de fortalecer los controles y la transparencia en el financiamiento de las campañas políticas, para evitar que el dinero ilícito encuentre un canal para ingresar al sistema.
La declaración de Bullrich ha generado diversas reacciones en el ámbito político. Mientras que algunos sectores han elogiado su firmeza y compromiso con la lucha contra el narcotráfico, otros han cuestionado la oportunidad y el tono de sus declaraciones, acusándola de buscar rédito político en un tema tan sensible.
Más allá de las controversias, la postura de Bullrich pone de manifiesto una problemática que preocupa a gran parte de la sociedad argentina. La lucha contra el narcotráfico y la corrupción se presenta como uno de los principales desafíos que deberá afrontar el próximo gobierno.