
La reciente confirmación judicial de que Cristina Fernández de Kirchner y otros condenados en la causa Vialidad deberán devolver cerca de $600 mil millones al Estado argentino abre un interrogante clave: ¿cómo utilizar esos recursos para beneficio de la sociedad?
En este punto, es importante remarcar que no se trata de un debate político, sino de un hecho judicial probado y con sentencia firme. El desafío ahora está en orientar de manera transparente y eficiente el destino de los fondos.
El Garrahan: una deuda pendiente con la salud pediátrica
El Hospital Garrahan, centro de referencia pediátrico de América Latina, ha sufrido recortes y desfinanciamiento en los últimos años. Según estimaciones, las transferencias nacionales cayeron hasta un 30% en términos reales. Esto generó atrasos en la compra de insumos, dificultades para sostener servicios críticos y pérdida de poder adquisitivo del personal médico y no médico.
Con una parte de esos fondos, el Garrahan podría:
- Eliminar su déficit operativo y garantizar insumos de calidad.
- Recomponer salarios de médicos, enfermeros y residentes.
- Renovar equipamiento de alta complejidad y ampliar áreas críticas como trasplante de médula ósea.
- Fortalecer su alcance federal, financiando derivaciones y alojamientos para familias del interior.
Universidades públicas: sostén de la educación y la ciencia
Las universidades nacionales atraviesan un período de gran fragilidad presupuestaria, con niveles de financiamiento equivalentes a los más bajos desde 1997. Esto afecta salarios docentes, mantenimiento edilicio, becas estudiantiles y proyectos de investigación.
Destinar otra porción significativa de los fondos permitiría:
- Actualizar los presupuestos universitarios para cubrir la inflación y necesidades de crecimiento.
- Mejorar salarios docentes y no docentes, hoy en franco deterioro.
- Expandir becas, residencias y comedores, garantizando acceso real a la educación superior.
- Reforzar la investigación y el desarrollo científico, claves para la innovación y la productividad nacional.
Una distribución posible (a modo de hipótesis)
Si se piensa en una asignación razonable, a modo ilustrativo y no como propuesta oficial, la distribución de los $600 mil millones podría contemplar:
- 20-25% al Garrahan y hospitales pediátricos: recomposición integral de infraestructura, salarios y equipamiento.
- 30-35% a universidades públicas: salarios, becas, comedores, investigación y obras.
- 10% a programas sociales vinculados a la educación universitaria: transporte, residencias, ayudas a estudiantes vulnerables.
- 10% a redes pediátricas federales: fortalecimiento de hospitales provinciales y telemedicina.
- El resto, en reservas para sostener el valor de las inversiones y enfrentar imprevistos.
Estos porcentajes no son definitivos, sino que reflejan una intención de análisis: una hipótesis de cómo podría distribuirse el dinero si el Gobierno decidiera orientar esos fondos a educación y salud.
Reflexión final
Este análisis parte de una causa judicial probada: la corrupción comprobada en la obra pública. Lejos de banderías políticas, lo que aquí se plantea es cómo esos recursos, que alguna vez fueron desviados del destino público, pueden hoy convertirse en un acto de reparación social.
Asignarlos al Hospital Garrahan y a las universidades públicas sería más que una medida económica: sería un gesto de justicia social y de confianza hacia instituciones que representan la salud y el futuro educativo de los argentinos.
En tiempos donde los vetos presidenciales al financiamiento de estos sectores fueron rechazados en el Congreso, destinar estos fondos a salud y educación sería también una señal clara: la corrupción puede y debe transformarse en inversión para el pueblo.