
La incertidumbre en torno al futuro de la financiera FISUR en Punta Alta vuelve a despertar recuerdos recientes: el cierre inesperado de AMUTRA, que dejó a cientos de vecinos sin sus ahorros y con la sensación de haber sido estafados.
En la jornada de hoy, versiones sobre un posible cierre de FISUR —aún sin confirmación oficial— motivaron a un centenar de personas a acercarse a la sede con el fin de retirar sus fondos. El movimiento, más allá de su impacto económico inmediato, refleja una herida que todavía sigue abierta en la comunidad: la de AMUTRA.
El recuerdo que condiciona
El caso AMUTRA dejó una marca profunda en la sociedad rosaleña. La pérdida de los ahorros de muchos vecinos generó un nivel de desconfianza que todavía hoy condiciona la relación con las instituciones financieras locales. Así, cualquier rumor, aunque carezca de confirmación, se traduce en una reacción inmediata de preservación.
Una transición cargada de incertidumbre
La economía argentina atraviesa un período de transición, en el que los ajustes, la suba del dólar y la falta de un horizonte claro conviven con la memoria de crisis pasadas. Aunque el sistema financiero formal cuenta hoy con regulaciones más estrictas que en décadas anteriores, las mutuales y financieras locales se perciben más vulnerables. Esa percepción, sumada al antecedente de AMUTRA, potencia el temor y alimenta la necesidad de actuar de manera preventiva.
El impacto local
Para Coronel Rosales, estos episodios trascienden lo económico. Cada movimiento de este tipo afecta el consumo, la inversión y, sobre todo, la confianza de los vecinos en el futuro inmediato. La duda sobre dónde resguardar los ahorros se convierte en una barrera que condiciona el desarrollo de la comunidad.
Conclusión
El fantasma de AMUTRA sigue presente y explica en gran parte la reacción que hoy genera la incertidumbre en torno a FISUR. Más que una amenaza concreta, se trata de un recuerdo que moldea la conducta colectiva. En un país en plena transición, el desafío pasa por reconstruir la confianza, garantizar transparencia y ofrecer certezas que permitan dejar atrás el miedo y abrir paso a una economía más estable, tanto a nivel nacional como local.