Por Ariel Ramirez – Prof. de Historia..
Pietro Gori (1865-1911) abogado criminalista y poeta anarquista italiano.
Este discurso lo pronunció en 1901, durante su gira de propaganda en la ciudad de Bahía Blanca, donde también encabezó varias huelgas en donde el reclamo de los obreros tuvo un éxito total.
Lo que queremos:
“…Nosotros luchamos por la igualdad ante todo, por la verdadera y propia igualdad, no por aquella mentira escrita en las cárceles de las
monarquías o en los muros de la Francia republicana.
Nosotros queremos que todo pertenezca a todos; queremos que las maquinas sean propiedad de los obreros que las hacen producir y que sean expropiadas a los actuales patronos, que se enriquecen a costa de las fatigas de los trabajadores.
Queremos que la tierra, hoy en poder de los viciosos propietarios, que viven en la ciudad en medio del lujo y en plena orgía, sea entregada al campesino que la cultiva y la hace fructificar…
Porque queremos la liberación de todos los oprimidos, porque amamos vivamente a nuestras madres, a nuestras hijas, a nuestras hermanas, a las compañeras de nuestra vida y de nuestros dolores, llamamos a la mujer doblemente esclava, del patrono y del macho.
!Venid a nosotros y peleemos juntos por la redención de todas las miserias, para que entre vosotras no impere la infelicidad!
Nosotros queremos purificar la unión sexual y nada mas. Hacerla desinteresada con la abolición de la propiedad, causa principal de todos los bajos cálculos de interés; hacerla libre, haciendo desaparecer todas las cadenas, morales o materiales, que se opongan al espontáneo y natural desarrollo de todas sus manifestaciones…
Y tu, viejo pueblo trabajador, confórtanos en nuestra humilde y solitaria obra, con el rugido del león que afila las garras para entrar en pelea; que aun en el furor de la batalla oíras como, hiriendo el espacio, surge de los pechos de los luchadores este grito, que es un signo de fraternidad y amor:
!Viva la humanidad libre!…”
Del muro de Damián Alejandro