El cáncer de próstata es el tumor más frecuente en hombres en Argentina. Se detectan más de 11.600 casos al año (incluso por encima del de colon y el de pulmón) y es el tercer tipo que mayor cantidad de muertes ocasiona en varones (más de 3700 muertes anuales).
Al ser una patología sin síntomas específicos en etapas tempranas, muchas veces se diagnostica en estadios avanzados. Dado que la edad es el principal factor de riesgo, se indica iniciar el control urológico a partir de los 50 años o una década antes quienes tienen antecedentes familiares de este tipo de tumores.
¿Cómo se origina?
El tumor se origina cuando las células de la próstata comienzan a crecer sin control. Suele avanzar muy lentamente, por lo que a menudo no presenta síntomas tempranos y por eso se indica un control urológico que pueda detectarlo en forma precoz.
Desde la Fundación ACIAPO, Atención Comunitaria Integral al Paciente Oncológico, que viene trabajando en la concientización sobre la necesidad de detectar a tiempo este cáncer, remarcan que la mejor estrategia es tener un urólogo de cabecera que indique los controles necesarios (entre los que se incluyen tacto rectal y un análisis en sangre del Antígeno Prostático Específico, PSA, por sus siglas en inglés).
Como medida general, los hombres mayores de 50 años deben comenzar y tener al menos un chequeo y definir con su médico cuánto más deben seguir haciendo estos controles, indica Gustavo Villoldo, subjefe del Servicio de Urología del Instituto Alexander Fleming.
5 razones para la consulta
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Edad: tener más de 50 años incrementa el riesgo de desarrollar cáncer de próstata.
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Antecedentes familiares: tener o haber tenido un familiar de primer grado con cáncer de próstata (padre o hermano) duplica el riesgo de desarrollar la enfermedad.
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Alteraciones al orinar: las ganas frecuentes de orinar (sobre todo por la noche), la dificultad para hacerlo, el flujo débil, entre otros, son síntomas urológicos que llegan con los años y los hombres asumen -erróneamente- que son inevitables y que responden únicamente al paso del tiempo.
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Otras manifestaciones urológicas: La presencia de sangre en el semen y/o el dolor al eyacular ya son un signo y un síntoma que tienen que orientar al médico en que algo está sucediendo en el sistema urinario, por lo que seguramente indicará estudios para explicar su causa.
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Dolores: Dolor persistente en la espalda, cadera o la pelvis, seguramente no sean síntomas que lo hagan pensar a uno en enfermedades prostáticas, pero, si se mantienen en el tiempo, es pertinente ver a un médico para identificar el origen de esos dolores y descartar cualquier problema mayor, porque lo cierto es que podrían ser signos de una enfermedad prostática.