El estuario de Bahía Blanca sufrió un nuevo derrame de hidrocarburos, el cuarto en menos de tres meses. Al igual que el último, del 14 de febrero, el hecho se produjo en instalaciones portuarias de la Base Naval de Puerto Belgrano el pasado lunes.
Al respecto, el biólogo Pablo Petracci, director de la Estación de Rescate de Fauna Marina, cuestionó a autoridades militares y a propietarios de las empresas privadas que operan en el lugar, por no salir a dar explicaciones a la sociedad.
Incluso, advirtió que “nuevamente” no fue activado el Plan Nacional de Contingencia (PLANACON) y que “dada la magnitud y reiteración de los hechos es su obligación hacerlo”.
“Nos llama poderosamente la atención. Venimos manifestando públicamente nuestra preocupación por estos reiterados eventos que siguen contribuyendo a empobrecer aún más la ya afectada funcionalidad del ecosistema del estuario, su biodiversidad y la calidad de vida de todos los que habitamos su costa”, criticó.
El primer derrame se produjo el 27 de diciembre en el sector denominado Punta Ancla, y la responsable fue la firma holandesa OilTanking.
El segundo, nuevamente la misma compañía en la zona de Punta Cigüeña, que ameritó la intervención de la Provincia que le suspendió la operatoria, y una denuncia en la justicia Federal por parte de los intendentes de Bahía Blanca, Federico Susbielles, y de Coronel Rosales, Rodrigo Aristimuño.
El tercer episodio fue el 14 de febrero en adyacencias del Canal Principal y tuvo a la Base Naval como culpable.
Si bien se realizan tareas de remediación, desde la Estación de Rescate se insiste en que la problemática es en gran parte irreversible y afecta al agua y a su flora y fauna.
El estuario de Bahía Blanca es un humedal costero de características geográficas y biológicas únicas, considerado además uno de los más importantes de la Argentina en su tipo.
Su jurisdicción es compleja, ya que se extiende sobre jurisdicciones de índole nacional, provincial, municipal, y dominio privado. La superficie es de 262.527 hectáreas y es un sitio prioritario para la conservación de las aves playeras migratorias en el hemisferio.
Allí se alojan especies en peligro de extinción como la gaviota cangrejera o los anillos de salicornia, pero es altamente vulnerable, debido a que tiene una tasa de renovación de agua muy baja.